Probablemente en tu paÃs no exista esta idea de negocio, que aunque parezca una idea para el dÃa de los inocentes, lo cierto es que los "Cazachicles" es un negocio muy rentable, hasta el punto que desde hace más de 5 años, se convirtió en franquicia con el nombre de Gumbusters. Franquicia presente en más de 10 paÃses actualmente. No obstante, para iniciar este negocio, no es necesario recurrir a ninguna franquicia.
Un ex-presidiario andaluz nos cuenta cómo surgió su idea de negocio en este aspecto y cómo ha conseguido llevarla adelante.
Fernando Romero cumple una condena de 10 años en la prisión de Málaga, y a diferencia de algunos presos, le ha servido su estancia en prisión para pensar en iniciarse como empresario. Existe un problema en nuestras calles, que son esas pegasosas gomas de mascar (chicles), aunque para algunas personas pasen desapercibidas, es mucho el dinero que se ha invertido para averiguar cómo se pueden hacer desaparecer con un método sencillo, pues un chicle tarda unos 6 años en descomponerse.
Después de tantos estudios, al final sólo existe una forma de acabar con el chicle, y es con agua a presión y algún detergente. Aplicándolo directamente sobre el chicle, en aproximadamente 2-3 minutos, este se despegará del suelo. Parece sencillo, aunque debemos tener en cuenta que cuando alguien solicita este servicio, no es para quitar un chicle, sino cientos de chicles en la acera de su casa o negocio.
Fernando habÃa escuchado que existÃan franquicias muy rentables que se encargaban de esta tarea en Alemania, Australia, Japón, Reino Unido e incluso ya estaban presentes y funcionando en algunas provincias de España, como Barcelona. AndalucÃa, y concretamente Málaga, era un sitio ideal para este tipo de negocio.
En cuanto este emprendedor obtuvo el tercer grado, se puso "manos a la obra" y montó una empresa de este tipo. Fernando necesitaba 15,000€ que no tenÃa, por lo que diseñó su empresa para que fuera considerada como Empresa Socialmente Responsable, y de paso, le fuera más fácil obtener la financiación para su negocio. Asà fue, ya que una asociación se encargó de financiarle en sus inicios y constitución de empresa.
Esta empresa contrata a personas con problemas de inserción laboral, sobre todo presos. Fernando sabe que existen una gran cantidad de presos que no tienen ningún tipo de formación y que cuando salgan de la cárcel les resultará muy difÃcil encontrar trabajo aumentando la probabilidad de que no tengan más alternativa que volver a delinquir.
"Debido a la situación social, una vez que el preso sale de la cárcel, si mejoramos la situación laboral, esta persona soluciona el problema social y se puede adaptar nuevamente"
La empresa de Fernando ya tiene sus primeros clientes y está negociando con colegios, ayuntamientos y locales de la zona. Si todo sale según lo previsto, este empresario tendrá la necesidad de contratar en breve a otras 5 ó 6 personas.
Este negocio, mientras no se encuentre otra solución a algo tan insignificante como un chicle, continuará aumentando su demanda. Por otra parte, el cliente potencial de este tipo de empresas es muy amplio, ya que esta idea se puede enfocar a particulares, locales, colegios, gimnasios, supermercados, hospitales, cines, etc...
Hasta ahora se habÃa dicho que a un ayuntamiento le costaba arrancar un chicle una media de 50 euros (agua, detergente, mano de obra, desplazamiento), por lo que una de las medidas que han puesto los ayuntamientos es una sanción que puede llegar hasta los 3,000€ por tirar un chicle al suelo. Aún con el riesgo de estas sanciones, los chicles continuarán adornando el suelo de nuestras calles.
Asà que tienes dos posibles ideas de negocio: O inventas un chicle que no se quede pegado al suelo, o montas una empresa de "cazachicles". Ambos son negocios rentables.
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Un ex-presidiario andaluz nos cuenta cómo surgió su idea de negocio en este aspecto y cómo ha conseguido llevarla adelante.
Fernando Romero cumple una condena de 10 años en la prisión de Málaga, y a diferencia de algunos presos, le ha servido su estancia en prisión para pensar en iniciarse como empresario. Existe un problema en nuestras calles, que son esas pegasosas gomas de mascar (chicles), aunque para algunas personas pasen desapercibidas, es mucho el dinero que se ha invertido para averiguar cómo se pueden hacer desaparecer con un método sencillo, pues un chicle tarda unos 6 años en descomponerse.
Después de tantos estudios, al final sólo existe una forma de acabar con el chicle, y es con agua a presión y algún detergente. Aplicándolo directamente sobre el chicle, en aproximadamente 2-3 minutos, este se despegará del suelo. Parece sencillo, aunque debemos tener en cuenta que cuando alguien solicita este servicio, no es para quitar un chicle, sino cientos de chicles en la acera de su casa o negocio.
Fernando habÃa escuchado que existÃan franquicias muy rentables que se encargaban de esta tarea en Alemania, Australia, Japón, Reino Unido e incluso ya estaban presentes y funcionando en algunas provincias de España, como Barcelona. AndalucÃa, y concretamente Málaga, era un sitio ideal para este tipo de negocio.
En cuanto este emprendedor obtuvo el tercer grado, se puso "manos a la obra" y montó una empresa de este tipo. Fernando necesitaba 15,000€ que no tenÃa, por lo que diseñó su empresa para que fuera considerada como Empresa Socialmente Responsable, y de paso, le fuera más fácil obtener la financiación para su negocio. Asà fue, ya que una asociación se encargó de financiarle en sus inicios y constitución de empresa.
Esta empresa contrata a personas con problemas de inserción laboral, sobre todo presos. Fernando sabe que existen una gran cantidad de presos que no tienen ningún tipo de formación y que cuando salgan de la cárcel les resultará muy difÃcil encontrar trabajo aumentando la probabilidad de que no tengan más alternativa que volver a delinquir.
"Debido a la situación social, una vez que el preso sale de la cárcel, si mejoramos la situación laboral, esta persona soluciona el problema social y se puede adaptar nuevamente"
La empresa de Fernando ya tiene sus primeros clientes y está negociando con colegios, ayuntamientos y locales de la zona. Si todo sale según lo previsto, este empresario tendrá la necesidad de contratar en breve a otras 5 ó 6 personas.
Este negocio, mientras no se encuentre otra solución a algo tan insignificante como un chicle, continuará aumentando su demanda. Por otra parte, el cliente potencial de este tipo de empresas es muy amplio, ya que esta idea se puede enfocar a particulares, locales, colegios, gimnasios, supermercados, hospitales, cines, etc...
Hasta ahora se habÃa dicho que a un ayuntamiento le costaba arrancar un chicle una media de 50 euros (agua, detergente, mano de obra, desplazamiento), por lo que una de las medidas que han puesto los ayuntamientos es una sanción que puede llegar hasta los 3,000€ por tirar un chicle al suelo. Aún con el riesgo de estas sanciones, los chicles continuarán adornando el suelo de nuestras calles.
Asà que tienes dos posibles ideas de negocio: O inventas un chicle que no se quede pegado al suelo, o montas una empresa de "cazachicles". Ambos son negocios rentables.
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